sábado, 1 de septiembre de 2007

Y comienza el juego!

Filipino, cantonés, coreano, finlandés, holandés, castellano y noruego. Idiomas exóticos que no tienen cabida en este mundo donde sólo prima el inglés y el nipón. Pero es esperanzador: por mucho que puedan hablar inglés, los japoneses te hablan su idioma. Simplemente les sale. Y qué ánimos, qué participación en ceremonias otrora aburridas y silenciosas (alrededor de 60 personas se presentaron ante los antiguos residentes, y cada vez que un novato decía "buenas tardes", escuchabas a la audiencia responder estruendosamente "buenas tardes", siempre con la misma fuerza). En verdad; creo que estos habitantes de tokyo tienen varios pernos zafados. Están tan majaretas como los retratan sus animés (me pregunto si el dilema de la gallina o el huevo se aplicará en este caso). Pero me gusta. Y doy las gracias por la suerte que tuve de coincidir con una de las generaciones más prendidas, jugosas y fraternales (la censura me impide seguir calificando) que este edificio ha visto en el último tiempo. O al menos así lo creo!



Bueno, voy a los detalles. 2 horas y media en tren/metro desde el aeropuerto a la universidad. Y el paisaje me dejó con la boca abierta: la mayoría de las casas de la periferia están construidas con techo estilo pagoda (más oriental echarle soya), y de vez en cuando ves un templo loco construido cerca de la línea del tren. Una vez en tokyo mismo, tomamos la conexión al metro. Cabe recalcar que la persona que me fue a buscar era, visual, emocional y declaradamente, una chica (SI!).

Foto de la vista de mi pieza


El metro es un poco más ancho que el de Santiago y más angosto que el de Sao Paulo. Siendo las 9 de la mañana un sábado estaba bastante lleno (yo calculo que similar a las 5:15 pm un jueves en Santiago). Tengo que subirme algún día a las 8 de la mañana, "rush hour", para testificar si efectivamente nuestro metro supera en personas/metro cuadrado al de japón. Y para qué hablar de la propaganda! Miles (y digo: miles) de anuncios, carteles y afiches por todos lados (por toooodos lados), con colores tan chillones que tu cerebro se revolcaba catatónico entre tus sienes mientras caminabas. Los ciegos deben de ser las personas con menos estrés en esta ciudad al evitar todo este epiléctico estímulo. No pude sacar fotos del metro: toda la gente del vagón disimulada(e indisimulada)mente parecía inspeccionarme. De seguro encontraron increíblemente sexy a este extranjero que llevaba dos días casi sin comer, ducharse o afeitarse. ¿Quién sabe? Sobre gustos no hay nada escrito.

Los residentes de mi dormitorio (Global House) me recibieron con los brazos abiertos y mucho afecto. Hicieron una fiesta de bienvenida donde nos presentamos todos, y comimos comida típica japonesa hecha por ellos (salvo las pizza hut y macdonald's que también abundaban en la mesa). Comimos, hablamos, nos reímos y comenzamos a conocernos. Tanta gente de tantos países distintos! Luego de la fiestecilla, los menos abatidos comenzamos a tramar un pequeño "after party" en uno de los dormitorios del segundo piso. Qué íbamos a tomar? Seguro que agua no. Llevé las 6 cervezas distintas que compré en la tarde (con motivos netamente científicos), y el dueño de habitación se puso con una de ron (capitán Morgan) y un elegante señor Smirnoff. Todos se veían cansados al comienzo, por lo que tuve que darle más ánimo al asunto. Hasta que logré enseñarles a jugar Cuarto Rey (juego de cartas que el entendido en el tema comprederá que tiene efectos devastadores). Así que ahí comenzó la noche. Y no paró hasta cuatro horas después, cobrando un saldo de dos carreras desesperadas al baño y muchas caras tostadas por el sol de la cantina.

Yo, por supuesto, me porté como un caballero. Recatado, correcto y honorable. Y cómo no, si sólo había dormido 3 horas en los últimos 2 días (3 horas en 37 horas de viaje, para ser más exacto). Aprendí curiosos juegos en japonés para beber (que siguen un principio similar al de Los Limones o el Taritá). Tengo varios videos, pero ya los subiré una vez que obtenga los permisos sobrios necesarios (dicen que la venganza del chinito es terrible, así que por muy japoneses que sean no voy a arriesgarme).

La primera de muchas noches por venir. Y ya siento que me queda poco tiempo acá. Y ni hablar de los días: mañana a las 9 de la mañana espero estar caminando por la ciudad, recorriendo esta ciudad fantástica que logra reunir lo legendario y lo neotecnológico y encerrarlos en una curiosa armonía.

Disculpen la falta de fotos. Y la falta de detalles. Llevo menos de 20 horas acá, y ya siento que estoy haciendo un racconto en generalidades.

Un sueño en vida hecho realidad ;)

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

Lo siento... cuando ya había subido el texto a mi blog recordé que me había faltado incluir Dani Girl :(
I´m a bad bad person.

Me alegro mucho de escuchar que tu experiencia en Tokio partió siendo todo un éxito. La verdad es que yo me moriría de susto de ir a una cultura tan distinta. Piensa que cuando me fui a Suiza, lo que más me preocupaba es que me dejaran ducharme todos los días... con lo hediondos que son allá... jajaja.

Besos Brunito... espero que te siga llendo de pelos allá. :)

:*

Dani Girl

Anónimo dijo...

wuena pos brunito jaj que increibles tu relato que increible estar en tokio jajaj me gusto la parte del huevo y la gallina ... y na pos anda a costumbrandote que en un año alla demas que se te pega lo del tornillo zafado jajajja pero no importa jajaj igual no mas

oye na pos jaja que emocion jaja y ojala que hoy tengas un bien dia y camines por sl calle de esa gran cuidad al otro lado del mundoooooooooooooooooooooooooooooooooooo
te quiero muchoooooooooo
nos vemos en 12 meses mas jajajja
besotes

fran!!!!!!