viernes, 31 de agosto de 2007

Breve guia practica de Canarias

Para todo aquel que quiera ir a Islas Canarias, les daré un par de consejos:

En primer lugar, si cuentan con un presupuesto no demasiado extenso, tomen un BUS desde el aeropuerto hasta la estación San Telmo o Santa Catalina. Por qué? Muy simple: el taxi hasta la ciudad cuesta entre 30 y 40 euros (es una tarifa más cara por ser un viaje interurbano). Reserven con anticipación su hotel, pues gran parte del año Canarias es un centro boyante de turismo.

Si es carrete y fiestas lo que buscan, Las Palmas de Gran Canaria es su objetivo (es la ciudad donde llega el avión). Si buscan paz, tranquilidad y playas de arenas blancas y aguas turquesa, les aconsejo que vayan a las islas circundantes de Gran Canaria. En especial Fuerte Ventura o Lanzarote. El pasaje de avión cuesta alrededor de 65 euros y demora entre 30 y 45 minutos, mientras que el ticket de ferry tiene un costo de veintitantos euros, pero demora de tres a cuatro horas.

Bueno, ese ha sido el dato práctico del día de hoy.

martes, 28 de agosto de 2007

Feliz como una perdiz y cantando como un Canario


Signos de vida. Al fin! Batí mi récord de nº de días sin revisar mi mail (sonará ñoño, pero es más de 4). En fin. No tengo mucho tiempo de escribir, así que intentaré resumir las aventuras de los últimos días.

Luego de haber perdido el primer avión por un error de lectura, me embarqué el pasado viernes rumbo a Islas Canarias (sí, es cierto. Intenté no divulgarlo mucho por motivos "probablementesevanaburlardemi-ísticos"). Luego de más de 30 horas de viaje (partí al aeropuerto de Santiago alrededor del mediodía y llegué a Gran Canaria en la medianoche del sábado),logré descansar un poco antes de partir a Fuerte Ventura (mi destino final en este interesante "set" de islas españolas).


Permítanme contarles un poco sobre Islas Canarias: el paisaje es mucho más árido de lo que me imaginaba (aunque no por ello menos lindo), los españoles que viven acá hablan con un acento centroamericano que no se la pueden (como bien me señalaron mi padrino y el juano antes de partir), y también la gente es impresionantemente cálida y solidaria cuando uno pide ayuda. Debo admitir que tuve que pedir socorro en más de una ocasión (hasta para usar el teléfono público, es bastante curioso todo acá).

Permanecí algo así como 12 horas en Las Palmas (la isla principal, mejor conocida como Gran Canaria), donde aproveché de caminar y perderme de noche en la ciudad, observar los varios borrachines que haciendo peligrosas piruetas volvían a su casa, e inspeccionar un poco el fiesteo canario (que no anda nada mal, joder!).



Como muchos saben, vine a Fuerte Ventura exclusivamente a visitar a mi querida amiga Thordes por unos pocos días antes de partir a mi intercambio a Tokyo (sólo un día me resta para tomar el avión). Playas paradisíacas, un clima único en el mundo (los canarios se ufanan de poseer el segundo mejor clima del mundo después de California) y europeos ávidos de carrete es lo que más me ha llamado la atención de esta isla.
Lo hemos pasado de lujo con Thordes y sus amigos, esto está de Puta Madre!

Cabe recalcar mi felicidad al descubrir que en el supermercado vendían barriles de heineken de 5 litros... jojojojo


Me queda un puro día para partir a japón, y a pesar de estar comenzando mi viaje ya le estoy estrujando el máximo a estos días. Ahí por mail o internet les contaré más de Canarias, pero por ahora la próxima parada es...

TOKYO!!!

lunes, 13 de agosto de 2007

Es sólo un juego... pero te detesto

Quién no ha jugado Ataque alguna vez? Cuántas horas invertidas, gritos pelados, golpes a la muralla y maldiciones empedernidas hemos echado al jugar este juego clasiquísimo de mesa? Yo hace mucho tiempo que no jugaba, pero ahora este fin de semana que pasó volví a tirar los dados de ataque y defensa, intentar cumplir mi objetivo de conquistar europa y américa del norte y, por supuesto, sacar mi carta de territorio al final del turno.



Fuimos a Rapel con mi amiga Cecilia y otros amigos, y fueron varias las horas que estuvimos abocados al juego. Con la Ceci peleamos, nos gritamos, nos abucheamos y pataleamos, cosa que sorprendió un poco a nuestros contertulios dado el alto volumen con que lo hicimos. Lo admito: me tomo demasiado a pecho el juego (por no decir que soy algo picado). Soy capaz de gritar, discutir, enervarme y ser el jugador más feliz del mundo durante el juego (todo casi al mismo tiempo). Tuvimos sendas peleas verbales con la Ceci, nos agarramos de las mechas y también tuvimos alianzas. Pero como buenas personas maduras, todo quedó en el tablero.




Cabe recalcar que, en todos mis años de jugador de ataque, en más de una ocasión estuve enojado por varias horas luego de terminar la partida. Lo divertido es que conozco gente ya mucho mayor que yo que aún le pasa lo mismo, y al verlos en verdad pareciera que dijeran "es sólo un juego, pero te detesto".