sábado, 28 de abril de 2007

Primer video en youtube!

Sí! Al fin logré subir nuestra primera producción a youtube. El título? "Muerte al son de la ópera". El motivo? Primer corto que hacemos para dirección audiovisual (un ramo de la universidad). Fue una obra traída gracias a Daniela Cori & Bruno Carrillo productions, y cuenta también con la formidable actuación de Ignacio Vergara. Estuve toda la maldita mañana intentando subir este video, y al fin lo conseguí. =D yey!


;)

lunes, 23 de abril de 2007

V for vendetta

Hoy me vengué de la señora que TODAS las mañanas de la semana (en días hábiles), exactamente a las 7:15 am, viene a buscar en su maldito furgón escolar a la niñita que vive al frente, tocando 3 veces la bocina que -por supuesto- es agudísima. Nos topamos en un cruce, íbamos en sentido opuesto y ella quería doblar a la izquierda. Yo, obviamente al ver que era ESA señora, procedí a NO darle la pasada y seguir lo más lentamente posible (ni siquiera marcaba el velocímetro a cuánto iba). Ignoro si me miró con cara de poto, pues estaba demasiado ensimismado paladeando el dulce sabor de la victoria como para notarlo.

Pequeñas vendettas personales. Supongo que todos tenemos de ésas.

miércoles, 4 de abril de 2007

Mitos, leyendas y miedos infantiles

Durante mi infancia, crecí con diversos mitos rondándome en la cabeza (que me habían dicho mis papás o había escuchado por ahí), leyendas que me emocionaban y uno que otro miedo contra los cuales debía luchar frecuentemente.

Algunos mitos clásicos:

-"Bruno, si te comes la masa cruda del queque te vas a enfermar de la guata". Jamás pasó! Creo que a lo largo de mi niñez, como buen infante testarudo, comí kilos y kilos de masa de queque cruda (obviamente a escondidas, mientras nadie vigilaba mi presa y antes de que la metiesen al horno) y jamás me enfermé.

-"Hey, si duermes con zapatillas y les pones cáscaras de plátano dentro, amaneces con fiebre!" . El gran clásico del colegio, cuando resfriarse era lo mejor del mundo porque faltabas a clases. Lamentablemente para mí en ese tiempo, era un niño muy saludable, por lo que jamás funcionaron esas "milenarias" técnicas. Dado que el termómetro me delataba cada vez que fingía tener fiebre, debía apelar al semidormido "mamá, me duele mucho la guata". Obvio que después de la segunda vez no me creyeron más.

-"Si guardas muchos días el diente que se te cayó, el ratoncito te da más plata". Como buen chico educado en un sistema capitalista, guardé un diente caído por semanas. Cuando comencé a ponerlo debajo de la almohada, pasaron otros días sin que recibiese nada. Despotrinqué contra el ratón que se había olvidado de mí (de paso estaban mis papás ahí) y, ¡Milagro! al día siguiente se había llevado mi diente! Pero parece que esperé mucho porque en vez de una cuantiosa suma de dinero había un pequeño saco con bolitas.

De más está hablar del ratoncito en sí, del viejo pascuero, los duendes del entretecho, el conejito que esconde los huevos de chocolate y los políticos sinceros y honestos.


Mi leyenda favorita: "El derrotero del gringo loco". Si no la conocen, apliquen google: es cortita y muy buena. A tal punto me gustó siempre esta leyenda, que cuando fui con mi familia a las Termas del Flaco rebosaba en felicidad. Fuimos a los cerros y subí solo por un lecho de vertiente seco, en la ingenua búsqueda de la veta de oro. Sin embargo, luego de un par de horas, decidí volver pues no era más que un mancebo de 12 años y seguramente mis papás estaban preocupados. Y lo estaban, pero la situación no pasó a mayores. Espero volver algún día allá, y emprenderé una vez más la búsqueda de la mina que jamás fue encontrada.

Con respecto a los miedos: Por lo que he conversado con mi papá y mamá, hasta los 6 años nunca mostré tenerle miedo a nada (y no me acuerdo haberlo tenido hasta esa edad tampoco, pero no son tantos los recuerdos de antes de mis 6 años). Digo hasta los 6 años pues esa fue la edad donde entré al colegio, y entre los muchos ramos que me tocaban tenía religión. Cuenta mi padre que desde que comencé con las clases de religión, comenzaron mis miedos. Miedos a la oscuridad, a los fantasmas, a los ruidos nocturnos... Lamentablemente la enseñanza de la religión católica en ese colegio (y en muchos lugares) se basaba mucho en los miedos (miedo a irse al infierno, miedo al demonio, miedo al pecado, etc) y, a pesar de no ser yo un creyente, desarrollé un incipiente temor a la oscuridad. Fobia que sólo logré superar tras años de intenso trabajo. Pero bueno, tal como decían en "Ásterix y los normandos", es sólo conociendo el miedo donde se logra conocer el verdadero valor.


No sé por qué me dio por escribir esto. Pero bueno, hace bien descargar los dedos de vez en cuando!