sábado, 29 de diciembre de 2007

Gallinas, chanchitos y cabras... Korean style


Con la ayuda de mi pequeño pote de manjar casero y un buen té en esta mañana de invierno instauraré un nuevo récord al actualizar por segundo día consecutivo este rincón viajero.

Llevábamos ya tres días en Seúl, y la ciudad bastante sucia ya no tenía mucho más que ofrecernos más que ir de compras. Incluso a una exposición ambulante de Van Gogh fuimos. Éramos cuatro en el equipo, pero el inglés y el gringo decidieron quedarse en Seúl. Yo y Ruta tomamos el desafío y nos lanzamos a la Corea salvaje. Esa que no aparece en las guías turísticas (salvo Lonelyplanet, es impactante cómo nada se le pasa a ese libro. Hasta los números de los buses en pequeñas localidades!). Hana (nuestra amiga local) nos ayudó a planificar el viaje, y su mamá hizo reserva de un condominio en que tenía tiempo compartido en Gyeongju. Pero ese no era nuestro primer destino. Partimos bien temprano ese cuarto día y nos reunimos con Hana en un paradero de micros en la periferia de Seúl. La idea era ir a Yongin, casa de un antiguo poblado típico coreano. Como quien espera en la alameda una micro estábamos nosotros esperando la que nos llevara a este pueblo, que quedaba a una hora y media de distancia. Hana estaba vuelta loca viendo las micros, la información en el paradero y de vuelta a las micros. Hasta que para una y nos dice: "Parece que esta es!! Apúrense!! El chofer les va a decir cuándo". Así que nos subimos, sabiendo nada más que teníamos que bajar en la quinta parada y que el chofer nos iba a avisar.

Por supuesto, hubo como seis o siete paradas en el camino. Cada vez que intentamos bajar, el añoso chofer nos hacía volver a subir, con una voz gutural demasiado gruesa para lo delgado que era y haciéndonos señas de que "todavía no". Hasta que a la tercera vez que nos pusimos de pie nos miró con cara de "pobres extranjeros" y en el más pobre, deteriorado y rústico de los ingleses nos dijo "gud lack".

"WELCOME TO YONGIN FOLK VILLAGE" decía la placa. Así que pagamos y le fuimos a entregar el ticket a la niña de la entrada, que muy afable nos dijo en inglés "hola! De dónde vienen?". Lituania, dijo Ruta, y yo de Chile. La niña lanzó una sonrisa culpable de "no entendí nada de lo que dijeron, discúlpenme pero no hablo inglés" y nos dejó entrar.

El pueblito era una recreación de lo que era un pueblo típico coreano de hace mil años, y su esencia era mostrar las tradiciones de esta cultura que se vanagloria de ser más antigua que la japonesa.


Esta era supuestamente una danza típica, que se llevaba a cabo durante las festividades. En lo personal, quedé impresionado con la coordinación que tenían que tener estos tipos para mover la cinta de la cabeza, bailar y tocar los instrumentos al mismo tiempo.


Un video de lo mismo. No sé si habrán seguido tocando los instrumentos mientras estaban saltando, pero quién sabe.


Y como si no bastara, salió un tipo con un tremendo listón colgado del gorro. Y de alguna manera se las arregló para hacer acrobacias, saltos e incluso una suerte de break dancing tradicional coreano, siempre dándole vueltas al listón.


En la antigüedad, las mujeres no estaban permitidas salir del recinto de la casa. A lo más al patio, pero nunca podían salir de los muros de la propiedad. Lo cual les dejaba poquísimo espacio para vivir, dado que los patios eran muy pequeños. Pero por lo mismo desarrollaron este tipo de acrobacia, en inglés llamado "seesaw jumping". Sin ningún tipo de resorte ni nada, saltando a capella, sólo para poder ver qué había afuera de la casa.


Después le iban poniendo un poco más de complejidad al asunto...


Hasta que se fueron al chancho...sin ningún tipo de acolchado, protección ni nada por el estilo. Aperrada la forma en que se ganan la vida estas chicas.


Otra de las cosas impresionantes que vimos fue el viejito equilibrista. Creo que debe haber tenido sobre 60 años, pero hacía lo que quería en la cuerda. Incluso, luego de un rato, llegó a sentarse. Pero no con los dos pies colgando, no, sino que sentado con las dos piernas extendidas y juntas en el mismo sentido de la cuerda.


Me agrada mucho ver este tipo de arquitectura en madera. Pasillos como éste me hacen evocar gratos momentos de la infancia.


Uno de los pequeños habitantes que encontramos en el templo que había en el recinto. Qué chinita más coreana, no?


Pues sí; choclos, calabazas, ajíes y toda clase de tubérculos secos. El olor a campo, gallinas y choclo seco me hizo recordar las idas a Sotaquí a visitar a la tía Olivia.


"Beeeeh... beeeeeh... soy una cabra coreana. Dame toda tu comidaaaahh... ven, acércate, mira lo tierna que puedo ser" >click< foto, y la muy canalla intenta comerme la cámara. Pero fui más rápido y más listo, ella no sabía que yo ya había lidiado con cabras voraces anteriormente. Así que se quedó sin almuerzo, y mi cámara vivió para contarle a sus nietecitas cámaras la historia.


Del parque salimos a las 3 de la tarde. Según las indicaciones de Hana, teníamos que tomar un taxi hasta la estación de buses A, que quedaba en el centro de la ciudad. Preguntamos en el centro turístico del parque si esto era cierto, y nos dicen "no, para ir a ese lugar tienen que ir a la estación de buses B". Así que fuimos a tomar un taxi, y con el poco coreano que aprendí le dije que nos llevara a la estación B, por favor. Así que vamos en camino, y el taxista nos pregunta dónde vamos (todo en coreano, por supuesto). Le muestro el nombre del lugar adonde nos dirigíamos, Gyeoungju, que estaba escrito en coreano en el papel. Y lo que le pude entender al taxista fue que "no, para eso tienen que ir a la estación de buses C". Así que no tuvimos más opción que ponernos en sus manos y dejar que nos llevase ahí. Luego de 45 tensos minutos en auto, llegamos a la estación de buses. Pagamos y fuimos a comprar el pasaje. GyeoungJu. Excelente. Mostramos el nombre escrito en el papel y la señora nos vendió el ticket. Estamos esperando el bus y comenzamos a ver las otras destinaciones: Keongju, GieounJu, GiongJu, KionJu. Dios santo! Qué le pasa a esta gente! No podían ponerle nombres un poco más distintos a sus pueblos y ciudades?

Nos subimos al bus y estuvimos 3 horas y media comiéndonos las uñas porque no sabíamos cuál de todos esos lugares era el correcto, y el bus paró en cada uno de ellos. La escritura en coreano no variaba mucho, pero nos atuvimos a lo que Hana puso en el papel. Y la espera dio sus frutos, y llegamos sanos y salvos a GyeoungJu, que descubrimos que también estaba escrito como GeoungJu y GieoungJu. En el terminal tomamos un taxi que nos llevaría al condominio, y le mostramos el nombre escrito al taxista, que comprendió al instante donde íbamos. El único problema es que a la mitad del camino nos preguntó a cuál de los dos condominios íbamos. Así que haciendo uso de señas, efectos especiales de sonido y una que otra risa nerviosa le hice entender que nos llevara al primer condominio. Que por supuesto una vez que llegamos resultó ser el equivocado, pero para nuestra suerte el otro quedaba a sólo 50 metros de distancia. Así que hicimos el check-in, y nos topamos con la grata sorpresa de que el lugar era un paraíso. No sólo tenía piscina temperada con corriente al estilo Gunther Mund en Santiago, bowling, karaoke y sala de videojuegos, sino que más encima el departamento era elegante, espacioso, con un buen baño, televisión y dos habitaciones con cama king size. Así que no hubo mejor recompensa al final del día agotador que cocinar un buen plato de comida y celebrar nuestro éxito con el verde sabor de la victoria: Heineken.


Ese fue el primero de los tres días que estuvimos en el sur de Corea. GyeoungJu resultó ser de los lugares más hermosos que he visto, pero contaré sobre ello en otro momento. Mi pote de manjar está vacío, el resto de té en la taza helado, y mi guata me reclama furiosa por el exceso de azúcar.

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

Te cuento mi engaño de Día de los Inocentes:
http://www.fotolog.com/iconoplasta/16105093
Se resume en que ese era el engaño y que yo me las creí toditas... jiajia

Besotes!!

nicolás dijo...

Feliz año nuevo ahijadito, donde sea que estes.