viernes, 28 de diciembre de 2007

La colita de Kyoto


Así es, la mismísima cola del viaje a Kyoto. Por fin! Para quienes no saben, me encuentro nuevamente de vacaciones, sólo por un par de semanas. Acá funciona todo al revés parece (incluso el agua del excusado gira para el otro lado), pues navidad es para pasarla con la polola/amigos fiestando, mientras que el año nuevo es una ocasión solemne para pasarla tranquilamente con la familia, rezar e ir a acostarse temprano.

Partamos, entonces. Ese último día que nos quedaba en la antigua capital lo estrujamos al máximo. Hicimos el check out de la hostal temprano, y dejamos todas los bolsos en la estación de trenes, dentro de lockers. Así que luego partimos bien temprano a Kiyomizudera, que quiere decir "templo de aguas puras". Estaba metido en las montañas, y la vista del bosque era grandiosa.


Desde el templo podías ver prácticamente todo Kyoto, fue una buena caminata en subida hasta llegar a él. Esta es la típica foto de postal que se vende en Kyoto. Con mejores colores y resolución, por supuesto, pero hice mi mejor esfuerzo. Jejeje.


Los cuatro funcionamos de lo mejor. Pero como somos todos de diferentes nacionalidades, a veces no uníamos ni una neurona debido al cansancio. O sea, el indonesio balbuceaba una cosa, yo entendía todo lo contrario y la lituana y la trinidadiana morían de la risa. O la lituana no lograba hilar una frase inteligible, o se reían de mi deteriorada pronunciación producto de un cerebro en remojo luego de tantas horas sin dormir.


El templo cubría una superficie curiosamente mayor de la que acostumbran los templos japoneses. Tal vez debido a que se encontraba una montaña, quién sabe. Pero en la parte de más abajo se encontraba la principal atracción del templo: las famosas aguas puras. Salud, amor y sabiduría, sólo podías beber de una de las tres fuentes.


Ni tontos, los tres queríamos beber del agua de la sabiduría. Daichi -el indonesio- no tenía gran interés y nos sacó las fotos. Había una pequeña cola, y cuando llegó el momento de los quiubos caímos en cuenta de que cada uno tenía que beber de una fuente distinta. Y dejamos que el azar se encargara de definir cuál le tocaba a quién.


Una vez que hubimos bebido, hice gala de mi rústico japonés y fui a preguntarle a un guardia cuál era cuál. Resulta que Denise (trinidadytobaguiana) bebió de la fuente del amor, Ruta de la salud, y yo de a sabiduría. Jojojojo. Fue mi pequeña victoria del día. Sin mencionar que estas dos mujeres estaban un tanto furiosas porque no sabían de qué demonios les iba a servir amor y salud sin sabiduría.


Luego de Kiyomizudera fuimos a Nanzenji, otro templo famoso por sus grandes murallas. Y eran bastante grandes de hecho, y podías subir hasta arriba. Y la vista que había desde el techo era muy bonita. Podías ver las casas patronales que aún conservan el estilo de antaño, sin mencionar los árboles multicolores.


Fue en este lugar donde vimos los árboles más rojos. Fue algo que superó todas nuestras expectativas. De hecho, para ser sincero, todos los templos en esencia son iguales. Varían pequeñas cosas, como tamaño, forma, etc, pero son todos relativamente parecidos. Lo que cambia es el entorno y la vegetación, y éstos son los grandes atractivos. Especialmente la vegetación, y especialmente en esta época del año. En primavera también imagino que debe ser algo sobrecogedor con todos los cerezos en flor.


Creo que de las cosas más prácticas que aprendimos en clases fue "disculpe, nos podría sacar una foto?". No podía creer que una frase tan simple resultara tan compleja en otro idioma.


En la tarde, fuimos al famoso palacio imperial de Kyoto. Se veía prometedor, especialmente por el hecho de que tuvimos que caminar alrededor de 20 minutos por el costado de la pared sólo para llegar a la oficina de reservas (hay que reservar el tour guiado). O sea, la pared tenía más de un kilómetro y medio de largo. Interesante, pues había varios colegios de la zona que estaban trotando alrededor del muro del palacio imperial. Y uno que cuando chico trotaba la vuelta a la manzana, esquivando micros y atragantándose con esmog.


Para ser sincero, el palacio no era ninguna maravilla. Ocupaba una gran extensión, pero fuera de eso no era nada del otro mundo. Había pequeños detalles, eso sí, que eran rescatables, como la confección del techo, que era hecho de una especie de heno y paja superpuestos para lograr mayor aislamiento, y que tenía que ser cambiado cada 20 años pues se podría fácilmente.


Todos los salones estaban debidamente jerarquizados. Por ejemplo, el salón del tigre era la sala de espera para los oficiales más altos entre las visitas del emperador. Las mujeres tenían que esperar en una pequeña salita aparte.


Eso es lo más cerca que se puede llegar a estar del edificio principal. Ahí se sentaba el emperador y durante todo el día no hacía más que vivir su emperadorizada vida.


"The royal storage room". Alguna vez tuvo techo de un rojo vivo, pero el cobre se oxida fácilmente. El óxido cuproso es insoluble en agua y solventes orgánicos, pero si se llega a disolver en soluciones de amoníaco concentradas puede llegar a formar el complejo [Cu(NH3)2]+. No me pregunten qué significa esto, sólo quería poner un dato científico.


Y, como no podía faltar, el famoso jardín imperial. Que de imperial sólo tenía el nombre, pues no dista mucho de los jardines japoneses que he visto en otros lados. Creo que la diferencia la hacen las especies de plantas y árboles que hay. Sólo por el hecho de estar plantadas en "tierra santa" por así decirlo, su precio sube a los millones de dólares.



Muchas gracias a todos por sus mails de navidad y año nuevo, siempre me sube el ánimo leerlos. Ojalá que este nuevo año que se viene traiga consigo nada más que cosas buenas para todos, en todos los ámbitos posibles!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Amigo!!!
Ayer le mostré tu blog a mi mamá, hoy lo volví a ver y sorpresa! Había algo nuevo!!!
Están muy bonitas tus fotos de kyoto y de corea!
Tengo mi pasaje físico a Japón, me lo trajo el viejito pascuero! jajaja...
Un besito grande, nos vemos pronto!

noesmasqueblabla dijo...

No puedo crees que allá la navidad sea entre amigos y el año nuevo en familia... están locos estos japoneses.
By the Way
Feliz Navidad y próspero año nuevo...
:)
Se te extraña, Brunito
Besos