domingo, 9 de diciembre de 2007

Acoreados


Hasta el momento, de todo mis viajes y estadía en japón tengo 12 gigas en fotos y videos. Por lo que tengo que ponerme las pilas para poder culminar el raconto de mis viajes por lo menos! Así que espero ponerle un poco más de pino a la cosa.

Ese mismo primer día que recorrimos Seúl también fuimos a la torre de seúl. Con más de 220 metros de altura, es de las más altas en el sudeste asiático, dado que se encuentra construida en lo más alto de una colina, bien al centro de la ciudad (muy tipo cerro san cristóbal). La vista era muy interesante. Podías apreciar el choclón sin sentido de edificios desparramados que conforman gran parte de Seúl.


En la torre había un proyector, y curiosamente la compañía dueña de ese canal tenía un nombre parecido a cierto canal chileno. Jajajja.


Debo confesar que estoy enamorado de mi cámara fotográfica. Esta foto fue sacada sin flash -pues no se podía usar flash-, y aunque la persona que la sacó no tenía muy buen pulso igual salió relativamente decente. La vista desde la cabina era tremenda!


Y los urinarios con mejor vista del mundo...


No podía faltar. Siempre salimos en algún lugar mencionado, o siempre hay un chileno en todo gran acontecimiento mundial. En corea hay aun más vinos chilenos que en Japón. Viña los boldos, concha y toro, gato, etc etc.


El día siguiente nos despertamos bieeen tempranito con Ruta -la chica lituania- y fuimos a recorrer un par de templos más. Los otros dos amigos decidieron quedarse durmiendo en la hostal y flojear, clamando que todos los templos y palacios son iguales. Abajo es la entrada al palacio, que en su tiempo fue habitado por la realeza. Los pequeños monolitos que hay a los costados demarcaban el rango del oficial que debía estar ahí para las ceremonias. Así que lo más cerca del edificio principal, el mayor rango que tenía que tener.


Estos extranjeros irrespetuosos, no? Bueno, no había nadie a esas horas de la mañana así que pudimos pasear tranquilamente y explorar bien las edificaciones por dentro. Nada de maravilloso, en todo caso: como dije anteriormente los tatamis japoneses le dan mil patadas al frío piso de madera coreano.


Luego de ese pequeño palacio fuimos a un templo. Y la gran gracia es que la gente aún acude a estos templos a rezar y a formar parte de las misas shintoístas que hay todos los días. Los palos de madera se llaman Kiwa, y su función es mantener la estabilidad del edificio y aislarlo del frío en invierno y del calor en verano. Según los coreanos, estructuralmente hablando sus edificaciones son mucho más pulentas que las japonesas. No me consta, pero lo que sí está más que claro es que los colores son mucho más vivos.


El monje cantaba, siempre manteniendo la monotonía de sus rezos, y mientras toda la gente se ponía de pie, se arrodillaba, se postraba hasta tocar el suelo con la frente, luego se arrodillaba y se paraba. Todos a su ritmo distinto, mientras cantaban al son del monje. Tremendo ejercicio que se pegan! Había muchas luces también penduradas del techo, y daban un espectáculo muy grato a la vista.


Y partieron las clases. Y ya hiervo en tareas, ensayos y proyectos. Sí!

2 comentarios:

Phil dijo...

That photo of the city lights is incredible.

noesmasqueblabla dijo...

Y no te daba miedo hacer pis en ese lugar? Pánico escénico por lo menos?