martes, 20 de noviembre de 2007

Kyoto sessions



He vuelto de Kyoto. Con más de 750 fotos, muchas horas de sueño pendientes y toneladas de asombro tras haber visitado uno de los lugares más fantásticos en los que he estado. Planeamos el viaje con más de un mes de anticipación, y todo salió al callo. Salvo por el hecho de que en los cuatro días que estuvimos nos perdimos tres veces (2 horas y media cada una)gracias a mí, todo salió perfecto. Así que estoy muy feliz! Y procedo a subir algunas fotos del viaje.

La "pequeña" entrada al templo de Higashi-hoganji. Fue al primero que fuimos luego de que llegamos. El primer día fue asesino, pues el bus nocturno de 8 horas fue muy incómodo y apenas dormimos. Llegamos a Kyoto a las 6 de la mañana, y a las 7 ya estábamos en el primer templo. A las 11:30 recién llegamos a la hostal que reservamos (que, menos mal, resultó ser muy limpia, ordenada y segura).


A este templo pudimos entrar y ver la ceremonia budista que había dentro. La aislación del sonido es total: no se escucha ni un solo ruido urbano. Sólo paz, el crujir de los tatamis bajo los pies y la voz del monje dando la misa. El lugar te llamaba a meditar, a pensar y a estar en la más profunda de las calmas. Creo que en otra vida me habría gustado ser un monje y vivir en un lugar así.


Había que sacarse los zapatos para caminar por el templo. El edificio de la foto anterior está conectado a otro aun más grande a su derecha, pero estaba en reconstrucción. Nos dejaron caminar por el balcón, en todo caso. La paz que se respira llena el espíritu, y el aire está cargado de siglos de historia.


El templo de Higashi-Hoganji visto desde afuera. Al fondo está Kyoto tower, el punto más alto de la ciudad con más de 100 metros de altura. No fue necesario que subiéramos, en todo caso, pues desde la cima de la estación de kyoto había suficiente vista como para ver toda la ciudad.


En el templo de Nishi-hoganji. La gracia es que todos estos templos no son meros recuerdos del pasado, sino que se usan. Va mucha gente a rezar, y hay misas budistas varias veces a la semana. Fue una pena que varios de los lugares que visitamos estuvieran en mantención, por lo que estaban llenos de andamios y demases, pero aun así la vista muchas veces era sobrecogedora.


Es de las pocas fotos que tenemos todos juntos. Una vez que hicimos el check-in en la hostal, nos separamos en tres grupos de cuatro, dos y una persona cada uno. Fue para bien, en todo caso: todos hicieron lo que querían hacer, y nosotros logramos recorrer todos los templos que planeamos. Pero fue agotador levantarse todos los días a las 7 de la mañana, caminar sin cesar por todos lados y volver tipo 12 - 1 de la mañana de vuelta a la hostal.


La estación de trenes y buses de Kyoto fue un espectáculo asombroso a la vista. Y la perdida que nos pegamos cuando llegamos fue igual de espectacular... jajaja. Demasiado grande! Hay por lo menos 6 líneas de trenes y 3 líneas de metro que pasan por esta estación, sin contar la infinidad de buses urbanos e interurbanos que también zarpan desde ahí.


Esta era la vista una vez arriba. Paraíso de escaleras! Todo el mundo nos miraba bastante mientras subíamos y bajábamos. Kyoto es una ciudad harto más tradicional que Tokyo, y por lo mismo, a pesar del turismo, la gente no está acostumbrada a ver extranjeros en su ciudad. Así que en el fondo fuimos bichos raros por cuatro días. En los buses, en los paraderos, restoranes, templos y dondequiera que estuviésemos la gente nos miraba. Supongo que así se deben sentir los ídolos de rock cuando se pasean por lugares públicos.


Kyoto no es una ciudad demasiado grande, lo que permite que uno pueda caminar de un templo a otro en algunas ocasiones. Creo que La serena debe ser más grande que Kyoto en extensión. La gente es muy amable, y al parecer hablan más inglés que en tokyo (curiosamente). Lo que más nos alegró es que todos eran en apariencia más normales que los Tokyoenses. Me refiero que casi no vimos hombres de dudosa masculinidad, maquillados, con ropas apretadas, peinados de popstar y bañados en perfume, y tampoco nos topamos con muchas mujeres que usaran requetemini faldas, pestañas postizas, lentes de contacto de cualquier color, ropa muy de marca y pelo teñido. Acá en Tokyo abundan, y agota


La pagoda de Toji-ji tiene 55 metros y supuestamente es la construcción de madera más alta de todo japón. No sé cómo se las ha arreglado para aguantar todos los terremotos que ha habido con el pasar del tiempo.


Estas reliquias centenarias están almacenadas dento de uno de los edificios. Tienen más de 500 años. Obviamente no se podía sacar fotografías, pero al ver que uno de los japonecillos presentes hacía caso omiso del cartel, aproveché la oportunidad.


No podía faltar el jardín japonés típico.


No pude evitar la tentación. Jajajaja. Al fin estoy recuperándome de mis lesiones, y ya puedo hacer piruetas sin demasiado dolor. Eso sí morí de frío estos días. Temperaturas entre 5 y 12 grados, y llevé ese puro polerón que tengo puesto. El invierno parece que se viene muuuuy frío.


Fue muy buen grupo el que se hizo a fin de cuentas con nosotros cuatro. Mezclando inglés, lituano, indonesio, japonés y castellano, fueron cuatro días agotadores pero muy comidos, bebidos y caminados. Y cómo nos reímos!


Otro día subiré más fotos. Estas fueron sólo del primer día, y eso que visitamos pocos lugares. Ahora me voy al tuto! Estoy fundido.

1 comentario:

noesmasqueblabla dijo...

¡¡¡¡¡¡750 fotos!!!!!

Oh my gosh...

Bueno, están preciosas... así que se nota por qué tantas :P.