lunes, 23 de abril de 2007

V for vendetta

Hoy me vengué de la señora que TODAS las mañanas de la semana (en días hábiles), exactamente a las 7:15 am, viene a buscar en su maldito furgón escolar a la niñita que vive al frente, tocando 3 veces la bocina que -por supuesto- es agudísima. Nos topamos en un cruce, íbamos en sentido opuesto y ella quería doblar a la izquierda. Yo, obviamente al ver que era ESA señora, procedí a NO darle la pasada y seguir lo más lentamente posible (ni siquiera marcaba el velocímetro a cuánto iba). Ignoro si me miró con cara de poto, pues estaba demasiado ensimismado paladeando el dulce sabor de la victoria como para notarlo.

Pequeñas vendettas personales. Supongo que todos tenemos de ésas.

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

Jajajaja... nunca olvidaré tu aguja del velocímetro que tiene parkinson. Me acordé al tiro de eso con tu historia.

El dulce sabor de la venganza... y mejor aún, hacer uno del poder del automovilista. Apoyo de todas maneras tu hazaña...

Paula Lisboa dijo...

Jajjaja, que pendex
Porque no mejor hablas con ella y enfrentas la situación y sacas el lado ZEn.
Otro fan de DReam!!! bién